
En el Magdalena Medio antioqueño, una combinación de hipopótamos, ciervos asiáticos, un pez invasor y una anaconda reportada recientemente reflejan una crisis de biodiversidad: más de 292 movimientos del ecosistema detectados por expertos durante 2025 por crecimiento de especies no autóctonas.
Un “Jumanji” real que preocupa a la región
La presencia de estos animales y peces fuera de control ha sido catalogada como un escenario tipo “Jumanji”, donde la fauna invasora avanza sin barreras claras. Los hipopótamos, provenientes de la antigua hacienda Nápoles, ya se desplazan libremente por la cuenca del río Magdalena; los ciervos asiáticos se escabullen entre cultivos; el pez invasor afecta la pesca local; y una anaconda gigante ha sido avistada, reforzando la alarma.
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Impactos ecológicos, sociales y económicos
Estas especies alteran cadenas alimenticias, desplazan fauna nativa, modifican los lechos fluviales y afectan la pesca artesanal. El río Magdalena, columna vertebral del Magdalena Medio, sufre además erosión acelerada y contaminación. La comunidad ribereña y los pescadores denuncian cómo la dinámica de la invasión reduce su sustento y pone en riesgo su modo de vida.
¿Cuál es la solución?
Especialistas en conservación coinciden en que se requieren acciones integradas:
• monitoreo constante de fauna y flora invasora,
• captura controlada cuando aplique,
• campañas de educación ambiental para las comunidades locales,
• y políticas claras de contención ecológica.
Hasta ahora, la esterilización quirúrgica de hipopótamos no ha logrado frenar su proliferación.
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