La dura realidad de los pacientes con cáncer en Colombia: cuando la enfermedad avanza más rápido que la atención médica

Realidad de pacientes con cáncer en Colombia

Cada año, cerca de 33 mil personas mueren por cáncer en Colombia, según cifras del Ministerio de Salud. De ellas, 16.800 son mujeres y 16.300 son hombres, quienes enfrentan principalmente diagnósticos de cáncer de estómago, pulmón, próstata, colon-recto y leucemias. Pero más allá de las estadísticas, detrás de cada número hay una historia humana que refleja las fallas del sistema de salud y la lucha de miles de familias por recibir una atención digna.

En medio de la crisis que atraviesa el sistema de salud colombiano, los conflictos entre las EPS y los prestadores de servicios médicos han dejado a muchos pacientes en el limbo. Los tratamientos se interrumpen, los medicamentos escasean y las esperas se vuelven eternas, especialmente para quienes viven con enfermedades delicadas como el cáncer.

“Ahora, de lo que nos pegamos los pacientes y los familiares es de la solidaridad de la gente, porque con las EPS está muy difícil” cuenta Cristina, sobrina de Francisco, un campesino de una vereda en Titiribí, que vive en carne propia las consecuencias de este colapso.

El calvario de Francisco: entre el dolor y la falta de atención

A Francisco, trabajador rural, le diagnosticaron cáncer de próstata en enero de este año. Su tratamiento debía realizarse en un hospital de tercer nivel, pero nunca se logró la remisión. Estuvo hospitalizado casi un mes en la Clínica del Norte, hasta que tuvo que salir por su cuenta al no encontrar respuesta.

“Se fue para la casa, pero un día tuvo una crisis horrible, un dolor insoportable. Lo llevamos a otro hospital, pero no lo quisieron recibir. Nos decían que los pacientes de Nueva EPS ya no los atendían. Anduvimos por varias clínicas y nadie nos abría la puerta”, relata Cristina.

Finalmente, el Hospital General de Medellín le abrió las puertas y pudieron realizarle una cirugía urgente: le retiraron los testículos, pues el cáncer ya había hecho metástasis en la columna. A pesar del procedimiento, su recuperación ha estado marcada por la falta de terapias, medicamentos y seguimiento médico.

Medicamentos costosos y tratamientos suspendidos

Francisco necesita terapias de rehabilitación para evitar perder la movilidad en una pierna, pero en Amagá, el municipio más cercano, no hay citas disponibles. Además, el medicamento oral que necesita, darolutamida, cuesta alrededor de $14.800.000 pesos por frasco de 120 tabletas. A pesar de buscar ayuda en fundaciones, el precio sigue siendo millonario. “La quimio se la están haciendo en Astorga, pero la oral ya se la suspendieron hace 20 días. Nos dicen que no pueden entregar medicamentos porque el contrato está suspendido, que la EPS debe muchos millones”, agrega Cristina.

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Un reflejo del país: enfermos en espera y familias angustiadas

La historia de Francisco no es un caso aislado ni nuevo. Son miles los colombianos que durante décadas enfrentan barreras burocráticas para acceder a tratamientos vitales. Mientras tanto, el cáncer no espera. “Mi tío dice que está muy enfermo, que siente que el pie se le está secando y que el dolor es muy fuerte. Ya no tiene aliento para caminar”, dice Cristina.

En medio de las cifras frías, hay personas que todos los días se levantan a luchar contra la enfermedad, la indiferencia y la falta de acceso a una atención oportuna. El cáncer no solo se lleva vidas, también pone a prueba la dignidad de quienes lo enfrentan sin los recursos ni el apoyo que deberían tener.

Francisco necesita atorvastatina, pregabalina, hidromorfina, olanzapina, ácido acetilsalicílico, espironolactona, carvedidol, bisoprolol, empaglifozina y darolutamida. Si tienes alguno de estos medicamentos y quieres donarlos, puedes contactarte al 3135743231.

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