
El jueves 23 de enero, la JEP y la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas, confirmaron que los hallazgos de La Escombrera, corresponden a al menos cuatro personas. La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) ha informado se trataría de víctimas de desaparición forzada entre los años 2002 y 2003.
A pesar de que Medicina Legal aún se encuentra realizando labores de identificación, se ha podido determinar que entre los cuerpos se encuentra una mujer joven e igualmente se estableció que las estructuras óseas encontradas presentan signos de violencia, como lesiones realizadas por arma de fuego, siendo estas tiros de gracia.
La JEP, también informó que existe evidencia de que en al menos una de estas personas fue reducida a un estado de total indefensión y sometida a maltratos, sin descartar la tortura, antes de ser asesinada, además, se identificaron sogas que indican que algunas víctimas podrían haber estado amarradas.
Desde el inicio de las excavaciones, se han removido 37.022 metros cúbicos de tierra y escombros, equivalentes a 2.278 volquetadas de material. Este trabajo ha permitido alcanzar el área de interés forense, es decir, entre 2001 y 2004, donde se ha formado una montaña de escombros durante más de dos décadas. Las denuncias de las familias buscadoras, quienes desde hace 22 años aseguran que cuerpos de personas asesinadas fueron enterrados en este lugar, han sido corroboradas por versiones de exjefes paramilitares.
Las excavaciones han alcanzado profundidades de hasta 15 metros, revelando 38 hallazgos significativos que incluyen estructuras óseas, prendas de vestir, un documento de identidad y paquetes de alimentos con fechas clave para determinar el momento de las inhumaciones. Estos elementos son analizados para establecer las circunstancias de los crímenes y los responsables.
Según la JEP, de las cuatro víctimas recuperadas, al menos dos fueron enterradas en el mismo lugar donde fueron ejecutadas, confirmando que La Escombrera fue tanto un sitio de desapariciones forzadas como de asesinatos, lo que convierte al lugar en una auténtica escena del crimen, donde los procesos forenses buscan reconstruir los eventos.
El Instituto Nacional de Medicina Legal ha avanzado significativamente en la identificación de dos cuerpos, logrando obtener sus perfiles genéticos, mientras que en los otros dos casos, las estructuras óseas están completas en un 85%, lo que también permitiría su identificación. Con estos hallazgos, las familias de las víctimas esperan que se sigan avanzando en las investigaciones y que pronto se pueda hacer justicia y se esclarezca la verdad sobre las desapariciones ocurridas en la Comuna 13.