
Con su primer decreto oficial sobre causas de canonización, el papa León XIV dio un paso decisivo en el proceso de beatificación de la religiosa colombiana Inés Arango Velásquez, oriunda de Medellín y conocida por su compromiso misionero en zonas de alta vulnerabilidad social y cultural.
Junto a ella también será beatificado el misionero español Alejandro Labaka, con quien compartió una intensa labor pastoral en la Amazonía ecuatoriana, donde fueron asesinados en 1987 mientras intentaban proteger a comunidades indígenas en aislamiento voluntario.
Una vida entregada al servicio
Inés Arango nació en Medellín en 1937 y adoptó el nombre religioso de María Nieves de Medellín al ingresar a la congregación de las Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia. Su vocación misionera la llevó a Ecuador, donde centró su labor en la defensa de la vida y la dignidad de pueblos ancestrales, un compromiso que terminó costándole la vida.
Su testimonio de fe, entrega y servicio silencioso ha sido valorado por la Iglesia como ejemplo de vida. El decreto firmado por el pontífice reconoce sus virtudes heroicas y abre oficialmente su camino a la santidad.
El proceso hacia los altares
La beatificación es la segunda etapa en el proceso de canonización en la Iglesia católica. Antes, la persona debe ser declarada “venerable siervo de Dios”, un título que implica el reconocimiento de una vida ejemplar en virtud y fe. Tras la beatificación, el último paso es la canonización, con la que se reconoce oficialmente como santa.
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