El pasado lunes festivo 4 de noviembre, reclusos de la cárcel de La Ceja, en el oriente antioqueño, protagonizaron un motín, al incendiar colchones y generar caos dentro del penal. La protesta obligó a la intervención del INPEC y los bomberos para controlar la situación.
Los internos exigían mejores condiciones de reclusión, denunciando la vulneración de sus derechos. Aseguraban que tienen tiempos limitados para visitas conyugales, atención médica escasa, y que no pueden recibir alimentos del exterior, más allá de una libra de azúcar al mes.
Además, los reclusos criticaron la falta de materiales para talleres y programas de resocialización. Según ellos, la única actividad que pueden realizar es la fabricación de manillas, lo que consideran insuficiente para su rehabilitación.
La cárcel de La Ceja actualmente alberga a 235 internos, cuando su capacidad es solo de 114, lo que genera un hacinamiento del 106%. De los privados de libertad, el 86,8% está condenado y el 13,2% son sindicados.