La presencia del caracol gigante africano (Achatina Fulica) el cual fue declarado como una de las 100 especies exóticas más dañinas del mundo se extiende a diez municipios antioqueños, causando daños considerables a los cultivos y generando serias preocupaciones en materia de salud pública.
Dabeiba, Vigía del Fuerte y Fredonia son los últimos municipios en sumarse a la lista de afectados, donde se han encontrado ejemplares de esta especie en diferentes cultivos. El Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) advierte que el caracol africano «puede alimentarse de cerca de 200 especies de plantas, líquenes, materia orgánica en descomposición y heces de animales», con la capacidad de acabar con plantaciones enteras si no se controla a tiempo.
Más allá de los daños a la agricultura, este molusco también representa una amenaza para la salud pública. El contacto con su baba puede provocar enfermedades intestinales, meningitis, inflamación de tejidos, diarrea, fiebre y otras afecciones graves.
En el Valle del Aburrá, se ha recolectado más de media tonelada de caracol africano, concentrándose su presencia en municipios como Medellín, Bello, Itagüí y Copacabana. Esta especie invasora se ha convertido en una de las más difíciles de erradicar en el departamento y en el país.
Para combatir esta plaga, se solicita a la comunidad reportar la presencia del caracol africano a las entidades ambientales. Este animal puede medir hasta 20 centímetros de largo y suele encontrarse en zonas húmedas.