El Metro de Medellín, un ícono de progreso y movilidad

En noviembre de 1995 se inauguró el Metro de Medellín, sistema de transporte masivo que se ha convertido en un símbolo de desarrollo urbano, social y económico para la ciudad y sus habitantes.

Los orígenes de esta emblemática red de transporte se remontan a 1979 cuando se constituyó la Empresa de Transporte Masivo del Valle de Aburrá – Metro de Medellín Ltda, la cual se creó con el fin de “construir, administrar y operar el sistema de transporte masivo, generando desarrollo y buscando ofrecer calidad de vida a los habitantes del Valle de Aburrá”.

En 1979 comenzó la elaboración de los estudios de factibilidad técnica y económica del proyecto, en 1980 este se sometió a consideración del Gobierno Nacional, y el Consejo Nacional de Política Económica y Social le dio la aprobación en diciembre de 1982.

Su construcción duró 12 años y fue inaugurado el 30 de noviembre de 1995 con la línea que comunica a Niquía y El Poblado. Con el paso del tiempo, la cobertura del sistema metro se fue ampliando con la puesta en marcha de nuevas líneas que comunican a seis municipios del Valle de Aburrá.

En el año 2004 entró en funcionamiento la Línea K, metrocable del nororiente, y el 3 de marzo de 2008 inició su servicio el segundo metrocable, Línea J, que atiende sectores del occidente de Medellín.

Actualmente, el Sistema cuenta con 76 estaciones: 27 de trenes, 11 de cables, 9 de tranvía (de ellas 6 son paradas) y 28 de buses de tránsito rápido (líneas 1 , 2 y O, de las que 8 corresponden a paradas). Hoy, después de 28 años de funcionamiento, el área de influencia directa de la red metro se extiende por seis municipios: Bello, Medellín, Itagüí, Envigado, Sabaneta y La Estrella y cuenta con rutas integradas a otros municipios cercanos.

De acuerdo con la página oficial del metro, hoy el sistema de transporte “ha movilizado más de 4.995 millones de pasajeros, aplicando el principio de la Movilidad Sostenible, con energías limpias y generando un gran beneficio social reconocido internacionalmente como Cultura Metro, un modelo de gestión social basado en los valores que deben tener las personas para tener una relación armónica en el sistema de transporte».

El metro se ha convertido en un referente turístico reconocido intencionalmente, ha sido también un agente de cambio social, brindando oportunidades de movilidad a personas de todos los estratos socioeconómicos. Además, el sistema ha sido clave en la revitalización de áreas urbanas, generando desarrollo comercial en zonas que antes eran estigmatizadas.