
En las cordilleras de Antioquia, a más de 2.400 metros sobre el nivel del mar, se encuentra un rincón donde la niebla no solo cubre el paisaje, sino que alimenta la vida. Se trata del Parque Natural Las Nubes, en Jericó, un bosque que invita a caminar con calma, escuchar el silencio y reconectarse con la naturaleza. Allí, entre árboles musgosos y senderos empedrados, la bruma convierte cada paso en una experiencia mística.
Este ecosistema de niebla, uno de los 37 que existen en Antioquia, fue protagonista de uno de los capítulos de “Antioquia Asombrosa”, el programa de Teleantioquia que destaca los tesoros naturales del departamento.
Ascender por raíces, niebla y leyendas
La aventura comienza en el jardín botánico Los Balsos, un espacio de ocho hectáreas con especies nativas, un lago y caminos ideales para empezar la inmersión ecológica. Desde allí, el viajero Alex y el guía local Daniel Zapata inician la travesía hacia la cima del parque.
A lo largo del ascenso se cruzan con raíces que serpentean entre las piedras, la quebrada La Peña (alimentada por la niebla en un fenómeno llamado “lluvia horizontal”) y un nido colgante de golungo, ave que protege a su cría de los depredadores. Todo este paisaje es posible gracias a la humedad permanente, que permite al bosque generar su propia agua y convertirse en una reserva hídrica vital.
Pero no todo es ciencia, entre los relatos que dan vida al camino está la casa El Desenculecalero, una mujer, según la tradición oral, recibía a otras mujeres que eran llevadas allí para dar a luz lejos del escándalo social.
A medida que suben, la niebla se hace más densa, la temperatura desciende y el aire escasea. Además, el bosque es también una fuente de enseñanza, por lo que Daniel, el guía, sugiere abrazar los árboles: una práctica ancestral con la que se busca absorber la sabiduría natural.
Biodiversidad y conservación: el valor ecológico del bosque de niebla de Jericó
Además de ofrecer una experiencia espiritual, el Parque Natural Las Nubes cumple un rol esencial en el equilibrio ecológico. Su capacidad de capturar y liberar humedad permite que las quebradas se alimenten y que múltiples especies prosperen en un entorno ideal.