
La noche en Porto Alegre dejó bastante golpeado a Atlético Nacional, no solo por el 3-0 ante Internacional en la Copa Libertadores, sino por una serie de decisiones arbitrales que marcaron el rumbo del partido. El equipo de Javier Gandolfi se enfrentó a más que un rival: también jugó contra interpretaciones discutidas que pesaron en momentos clave.
El conjunto verdolaga arrancó con orden y actitud. Durante el primer tiempo plantó cara con autoridad, presionando alto y disputando cada balón con intensidad, a pesar del ambiente adverso en el estadio Beira-Rio, Nacional transmitía seguridad y parecía estar preparado para resistir.
En el inicio del segundo tiempo, una barrida de William Tesillo terminó en penalti, aunque el defensor tocó primero el balón, el árbitro chileno Felipe González consideró que había infracción, y Alan Patrick convirtió el 1-0.
Expulsión polémica y otro penal que selló la caída
La situación para el verdolaga empeoró con la expulsión de Marino Hinestroza, quien había sido amonestado por una falta. El VAR intervino y, aunque las imágenes no mostraron una agresión clara, el árbitro cambió la tarjeta amarilla por roja, por lo que Nacional se quedó con 10 y a partir de ese momento perdió por completo el control del partido.
Poco después, una disputa física entre Dairon Asprilla y un rival se sancionó penalti, esta vez, el VAR no intervino y Alan Patrick repitió desde los doce pasos y puso el 2-0. Más tarde, con Nacional golpeado emocionalmente, el mismo jugador convirtió el tercero y cerró el marcador.
Nacional deberá recomponerse rápido
La lesión de Juan Manuel Zapata, la expulsión de Hinestroza y la del técnico Gandolfi, además de la desconexión anímica del equipo completaron una noche amarga para el equipo antioqueño, que ahora debe recuperar el enfoque rápidamente.
Este domingo enfrentará a Millonarios en un clásico fundamental para no perder ritmo, y el 24 de abril visitará a Bahía, también en Brasil, en un partido que puede clave para determinar su futuro en la Libertadores.